La granja
En un pueblo muy lindo, en las afueras vivían unos granjeros llamados: Rosita y Albert, ellos eran esposos, y ellos tenían muchos animales, los cuales producían muchos alimentos que el señor Albert vendía en el pueblo para poder sostener la granja y comprar lo que necesitaban tanto él como su esposa Rosita, ellos tenían cuatro vacas, un gallinero con veinte gallinas, un estanque con diez patos, un establo de cabras, siete marranos, y 20 ovejas las cuales les podaban cada mes el pelo y con la lana la señora Rosita tejía ropa para ellos y para vender.
La granja parecía muy linda y muy feliz, pero una mañana el señor Albert se levanta para ordeñar las vacas y las cabras, cuando no estaban ni sus cuatro vacas ni el establo de tres cabras, ¿qué paso aquí?-dice el Granjero Albert-, al ver que sus vacas y sus cabras habían desaparecido fue y reviso los demás animales, y ninguno estaba, ni los cerdos, ni los patos, ni las gallinas, ni las ovejas, ni si quiera los dos perros de raza pastor alemán que eran los que cuidaban tanto la casa como a los animales, ¡ Rosita!, ¡Rosita! Ven ahora mismo, ¿que paso Albert?- dice Rosita- los animales no están ¿como que no están? Dice la granjera, si no hay rastro alguno de nuestros animales responde el granjero Albert, ¿quien pudo habérselos llevado? Le pregunta Rosita, ¿tú crees que si lo sabría ya no hubiera ido?! Le dice el granjero al su señora esposa muy enojado, pero a la vez asustado, pero mira, aquí por la puerta de la granja hay unas huellas de animales, deben de ser de ellos le dice Rosita al granjero Albert, ¡pues claro que son de ellos!, dice Albert, pues sigámoslas, ¡mira, mira! Por acá se ve una salida de la granja que demás que la hicieron los animales, pues vamos mejor en el camión por si los encontramos traerlos de vuelta a la casa, mira acá se acaban las huellas, mira acá hay una entrada , aquí terminan las huellas, entremos haber, le dice Rosita a Albert, adelántate tú rosita, yo parqueare acá bien el camión, dice Albert, ¡Albert ven rápido!, ¿que pasa rosita?, mira los animales, si están en ese lago, Ey mira, ¿ esos no son los animales de los granjeros Pérez? Si son- responde el señor Albert- mira esque acá se están divirtiendo, están comiendo como reyes, se están bañando en el lago, se ven muy felices, el granjero Albert empezó a llamar a sus animales por sus nombres, ellos ay mismo venían y se iban montando al camión, cuando se montaron todos los animales, la señora Rosita notó que los animales se veían tristes por que se iban de ese lugar que les gusto tanto, sabes que Albert deberíamos de traer a los animales mas seguido acá, ya que ellos se aburren mucho en la granja ¿ no te parece? pregunta Rosita a su esposo Albert, ¡ si tienes razón los traeremos el próximo fin de semana!- respondió Albert.
Fin.
En un pueblo muy lindo, en las afueras vivían unos granjeros llamados: Rosita y Albert, ellos eran esposos, y ellos tenían muchos animales, los cuales producían muchos alimentos que el señor Albert vendía en el pueblo para poder sostener la granja y comprar lo que necesitaban tanto él como su esposa Rosita, ellos tenían cuatro vacas, un gallinero con veinte gallinas, un estanque con diez patos, un establo de cabras, siete marranos, y 20 ovejas las cuales les podaban cada mes el pelo y con la lana la señora Rosita tejía ropa para ellos y para vender.
La granja parecía muy linda y muy feliz, pero una mañana el señor Albert se levanta para ordeñar las vacas y las cabras, cuando no estaban ni sus cuatro vacas ni el establo de tres cabras, ¿qué paso aquí?-dice el Granjero Albert-, al ver que sus vacas y sus cabras habían desaparecido fue y reviso los demás animales, y ninguno estaba, ni los cerdos, ni los patos, ni las gallinas, ni las ovejas, ni si quiera los dos perros de raza pastor alemán que eran los que cuidaban tanto la casa como a los animales, ¡ Rosita!, ¡Rosita! Ven ahora mismo, ¿que paso Albert?- dice Rosita- los animales no están ¿como que no están? Dice la granjera, si no hay rastro alguno de nuestros animales responde el granjero Albert, ¿quien pudo habérselos llevado? Le pregunta Rosita, ¿tú crees que si lo sabría ya no hubiera ido?! Le dice el granjero al su señora esposa muy enojado, pero a la vez asustado, pero mira, aquí por la puerta de la granja hay unas huellas de animales, deben de ser de ellos le dice Rosita al granjero Albert, ¡pues claro que son de ellos!, dice Albert, pues sigámoslas, ¡mira, mira! Por acá se ve una salida de la granja que demás que la hicieron los animales, pues vamos mejor en el camión por si los encontramos traerlos de vuelta a la casa, mira acá se acaban las huellas, mira acá hay una entrada , aquí terminan las huellas, entremos haber, le dice Rosita a Albert, adelántate tú rosita, yo parqueare acá bien el camión, dice Albert, ¡Albert ven rápido!, ¿que pasa rosita?, mira los animales, si están en ese lago, Ey mira, ¿ esos no son los animales de los granjeros Pérez? Si son- responde el señor Albert- mira esque acá se están divirtiendo, están comiendo como reyes, se están bañando en el lago, se ven muy felices, el granjero Albert empezó a llamar a sus animales por sus nombres, ellos ay mismo venían y se iban montando al camión, cuando se montaron todos los animales, la señora Rosita notó que los animales se veían tristes por que se iban de ese lugar que les gusto tanto, sabes que Albert deberíamos de traer a los animales mas seguido acá, ya que ellos se aburren mucho en la granja ¿ no te parece? pregunta Rosita a su esposo Albert, ¡ si tienes razón los traeremos el próximo fin de semana!- respondió Albert.
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario